El año 1951 marcó un hito en el avance en la biotecnología. Todo empezó con la llegada de una afrodescendiente estadounidense muy pobre a un hospital de EE.UU.
Nadie se imaginó que sus células revolucionarían la ciencia médica. Las células de Henrietta Lacks se tomaron de su cuerpo poco antes de que muriera y han estado crecimiento y multiplicándose hasta el sol de hoy.
Pero contemos un poco más de esta historia, a sólo 10 kilómetros de donde vivía Henrietta Lacks estaba el laboratorio del doctor George Gey, cuya ambición era librar al mundo del cáncer. Estaba convencido de que encontraría la clave para hacerlo dentro de las células humanas.
Durante 30 años había estado tratando de cultivar células de cáncer en el laboratorio. Para ello mezclaba tejidos cancerosos con sangre de corazones de gallinas vivas, con la esperanza de que esas células enfermas vivieran y se reprodujeran para poder estudiarlas fuera del cuerpo. Pero éstas células siempre morían.
El 1º de febrero de 1951 Henrietta Lacks fue llevada al hospital John Hopkins. Fue examinada por el ginecólogo Howard Jones, quien en una entrevista a la BBC declaró "Nunca había visto algo similar, ni lo he vuelto a ver jamás. Al parecer era una tipo muy especial de tumor. De acuerdo a la entrevista el ginecólogo declaró: "Cuando examiné el cérvix me sorprendí pues no era un tumor normal. Era púrpura y sangraba muy fácilmente al tocarlo".
En ese mismo año, El tumor no respondió bien al tratamiento y Henrietta Lacks murió de cáncer cervical en octubre, cuando tenía apenas 31 años de edad. Su familia la enterró cerca de las ruinas de la casa donde nació.
Las células de parte de su tumor fueron retenidas en la unidad de cáncer del hospital pues el Dr. Gey había descubierto que éstas podían cultivarse en el laboratorio indefinidamente. Era lo que había buscado por desde muchos años de estudio. El Dr. Gey le dio nombre a la línea celular que se multiplicaban prolíficamente, la línea celular se llama HeLa, por las dos iniciales del nombre y apellido de Henrietta Lack.
Efectivamente, las células de Henrietta reproducían una generación entera en 24 horas, y nunca dejaban de hacerlo. Fueron las primeras células humanas inmortales que crecieron en un laboratorio. De hecho, han vivido más tiempo fuera que dentro del cuerpo de Henrietta.
¿Por qué son tan importantes? "Como sabemos necesitamos estudiar tejidos o patógenos en el laboratorio", estas células ayudaron a la vacuna de polio. Para desarrollarla era necesario que el virus creciera en el laboratorio y para eso se requerían células humanas". Las células HeLa resultaron ser perfectas para ese experimento y la vacuna salvó a millones de personas. Las HeLa se hicieron mundialmente famosas.
No sólo permitieron el desarrollo de una vacuna contra el polio e incontables tratamientos médicos sino que hasta viajaron al espacio exterior en las primeras misiones espaciales, para que los científicos pudieran anticipar qué le pasaría a la carne humana en gravedad 0. El ejército de EE.UU. puso grandes frascos de células HeLa en lugares en los que hacían experimentos atómicos.
Además, fueron las primeras en ser compradas, vendidas, empacadas y enviadas a millones de laboratorios de todo el mundo, algunos de ellos dedicados a experimentar con cosméticos, para asegurarse de que sus productos no causaban efectos secundarios indeseados.
En resumen, muchos han ganado billones de dólares con bienes que han sido probados en las células HeLa. Hoy en día hay billones de estas células en laboratorios de todo el mundo. Sin embargo, nadie le pidió permiso ni a ella ni a algún familiar para usarlas y su familia tuvo que luchar varios años por sus derechos.
No fue sino hasta 1973 que la familia Lacks se enteró por primera vez de que las células de Henrietta todavía estaban vivas.
Este hallazgo fue un elemento crucial en el desarrollo de la ciencia biológica del siglo XX. Las células que le quitaron la vida han sido la base de decenas de miles de estudios médicos en todo el mundo y sobre todos los aspectos de la ciencia biológica.
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